Hace un poco más de dos años comienza este intenso trabajo,
el cual viene antecedido por seres que llegaron sin llanto a traer su espíritu
que no conquista, sino que invita a nuestro corazón a avanzar sin miedo a este
vertiginoso camino de la publicación. Pequeños hombrecitos que hoy juegan,
corren y ríen a mi alrededor, ellos han llegado como mesías poco cristianos a
traer su palabra en cada letra de este libro.
Como editorial ha sido un desafío realizar este trabajo que
finalmente termina en cooperación Quimantú, ya que a lo largo del proceso hemos
podido resolver decisiones de diseño y edición que hacen que el oficio crezca
en un profesionalismo del trabajo, para así que únicamente las lectoras y
lectores puedan recibir de la manera más amigable los textos, que en este caso
son grandes relatos de partos que se hacen inmortales en el tiempo.
Queda para la posteridad un documento político ante todo,
más que un bello momento junto a la naturaleza humana, donde la decisión de las
familias se llena respeto, placer y coraje. Y esta editorial se transforma en
un vocero de la determinación.